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¿Por qué es bueno, (y malo) el entrenamiento isométrico?

En esta entrada de blog descubriremos. Por qué es bueno, (y malo) el entrenamiento isométrico

 

El entrenamiento isométrico es una forma de ejercitar los músculos sin producir movimiento en las articulaciones. Consiste en mantener una posición fija durante un tiempo determinado, generando tensión muscular. Este tipo de entrenamiento tiene sus ventajas y sus inconvenientes, que vamos a analizar en este artículo. Además, te proponemos una serie de 5 ejercicios isométricos que puedes hacer en casa para mejorar tu fuerza y tu tono muscular.

 

¿Qué beneficios tiene el entrenamiento isométrico?

 

El entrenamiento isométrico puede aportar varios beneficios para tu salud y tu rendimiento físico, como por ejemplo:

 

- Mejora la fuerza muscular: al someter al músculo a una tensión constante, se produce una adaptación que aumenta la capacidad de generar fuerza. [Además, el entrenamiento isométrico puede mejorar la fuerza en un rango específico de movimiento, lo que puede ser útil para deportes o actividades que requieren mantener una postura determinada.

- Mejora la estabilidad articular: al mantener una posición fija, se fortalecen los ligamentos, los tendones y las cápsulas articulares que rodean las articulaciones. [Esto puede prevenir lesiones y mejorar el equilibrio y la coordinación.

- Mejora la resistencia muscular: al mantener una contracción muscular durante un tiempo prolongado, se aumenta la capacidad del músculo de resistir la fatiga. [Esto puede mejorar el rendimiento en actividades de larga duración o que implican mantener una tensión constante.

- Mejora la postura corporal: al realizar ejercicios isométricos, se activan los músculos que intervienen en el mantenimiento de una postura correcta, como los abdominales, los lumbares, los dorsales y los cervicales. Esto puede prevenir dolores de espalda y mejorar la alineación corporal.

- Es fácil de realizar y no requiere material: el entrenamiento isométrico se puede hacer en cualquier lugar y momento, ya que solo se necesita el propio cuerpo y una superficie de apoyo. No se requieren pesas, máquinas ni otros elementos externos. Además, es un tipo de entrenamiento que se adapta a cualquier nivel de condición física, ya que se puede regular la intensidad y la duración de las contracciones según las capacidades de cada persona.

 

¿Qué inconvenientes tiene el entrenamiento isométrico?

 

El entrenamiento isométrico también tiene sus limitaciones y sus riesgos, que debes tener en cuenta antes de practicarlo, como por ejemplo:

 

- No mejora la hipertrofia muscular: al no producirse movimiento ni acortamiento ni alargamiento del músculo, el entrenamiento isométrico no estimula el crecimiento de las fibras musculares. Por lo tanto, si tu objetivo es aumentar el volumen o la definición muscular, el entrenamiento isométrico no es el más adecuado.

- No mejora la flexibilidad ni la movilidad articular: al no producirse movimiento ni rango de movimiento, el entrenamiento isométrico no mejora la elasticidad de los músculos ni la amplitud de las articulaciones. Por lo tanto, si tu objetivo es mejorar la flexibilidad o la movilidad articular, el entrenamiento isométrico no es el más adecuado.

- Puede aumentar la presión arterial y el ritmo cardíaco: al mantener una contracción muscular intensa, se produce una compresión de los vasos sanguíneos que dificulta el retorno venoso y el flujo sanguíneo. Esto puede provocar un aumento de la presión arterial y del ritmo cardíaco, lo que puede ser peligroso para personas con hipertensión, cardiopatías o problemas circulatorios.

- Puede provocar lesiones musculares o articulares: al mantener una posición fija, se puede producir una sobrecarga o una mala colocación de los músculos o las articulaciones. Esto puede provocar lesiones como contracturas, desgarros, tendinitis o esguinces. Por lo tanto, es importante realizar los ejercicios isométricos con una técnica correcta, una intensidad adecuada y un tiempo limitado.

 

¿Qué ejercicios isométricos puedes hacer en casa?

 

Aquí te proponemos una serie de 5 ejercicios isométricos que puedes hacer en casa para trabajar diferentes grupos musculares. Te recomendamos que los realices de 2 a 3 veces por semana, con un descanso de 48 horas entre cada sesión. Para cada ejercicio, debes mantener la posición durante 10 a 30 segundos, según tu nivel, y repetir de 2 a 4 veces, con un descanso de 10 a 20 segundos entre cada repetición. Recuerda respirar de forma normal y controlada durante los ejercicios, y no te excedas en la intensidad ni en la duración de las contracciones.

 

1. Plancha abdominal

 

Este ejercicio trabaja los músculos abdominales, lumbares, dorsales y glúteos. Para realizarlo, debes colocarte boca abajo, apoyando los antebrazos y las puntas de los pies en el suelo. Debes mantener el cuerpo recto, sin arquear ni hundir la espalda, y contraer los abdominales y los glúteos. Debes mirar hacia el suelo, sin levantar ni bajar la cabeza.

 


Mujer realizando plancha abdominal en un entrenamiento isométrico

 

2. Puente de glúteos

 

Este ejercicio trabaja los músculos glúteos, isquiotibiales y lumbares. Para realizarlo, debes colocarte boca arriba, con las rodillas flexionadas y los pies apoyados en el suelo. Debes elevar la cadera hasta formar una línea recta con los muslos y el tronco, y contraer los glúteos y los abdominales. Debes mantener los brazos extendidos a los lados del cuerpo, sin apoyarlos en el suelo.

 


Mujer realizando puente de glúteo en un entrenamiento isométrico

 

3. Sentadilla isométrica de cuádriceps en pared.

 

Este ejercicio trabaja los músculos cuádriceps, glúteos y abdominales. Para realizarlo, debes colocarte de pie, de espaldas a una pared, y deslizarte hacia abajo hasta formar un ángulo de 90 grados con las rodillas y las caderas. Debes mantener los pies separados a la anchura de las caderas, y apoyar la espalda y la cabeza en la pared. Debes contraer los cuádriceps y los abdominales, y mantener los brazos cruzados sobre el pecho.

 


Mujer haciendo una sentadilla en un ejercicio isométrico

 

4. Flexión de brazos

 

Este ejercicio trabaja los músculos pectorales, tríceps y deltoides. Para realizarlo, debes colocarte boca abajo, apoyando las manos y las puntas de los pies en el suelo. Debes mantener el cuerpo recto, sin arquear ni hundir la espalda, y flexionar los codos hasta formar un ángulo de 90 grados con los brazos. Debes mantener los codos pegados al cuerpo, y contraer los pectorales y los tríceps. Debes mirar hacia el suelo, sin levantar ni bajar la cabeza.

 


Mujer realizando un ejercicio isométrico de flexión

 

5. Elevación de hombros

 

Este ejercicio trabaja los músculos trapecios, romboides y elevadores de la escápula. Para realizarlo, debes colocarte de pie, con los pies separados a la anchura de las caderas, y sostener una botella de agua o un libro en cada mano. Debes elevar los hombros hacia las orejas, sin encoger el cuello, y contraer los músculos de la parte superior de la espalda. Debes mantener los brazos extendidos a los lados del cuerpo, sin doblar los codos.

 


Mujer realizando una elevación vertical de hombro en entrenamiento isométrico

 

Espero que te haya gustado mi entrada de blog sobre el entrenamiento isométrico. Si tienes alguna duda, sugerencia o comentario, no dudes en ponerte en contacto conmigo.


Pasa a la acción y vamos a entrenar juntos. Dale al siguiente botón y empezamos.



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