La meditación es una práctica milenaria que consiste en entrenar la mente para alcanzar un estado de paz, calma y serenidad interior. A través de la meditación, podemos tomar conciencia de nuestro propio ser, de nuestra respiración, de nuestros pensamientos y de nuestras emociones. La meditación nos ayuda a vivir el presente, a reducir el estrés, a mejorar la salud física y mental, y a desarrollar nuestra capacidad de atención, concentración y creatividad.
¿Cuándo meditar?
No hay una hora fija o ideal para meditar, ya que depende de las preferencias y circunstancias de cada persona. Sin embargo, algunos momentos del día pueden ser más propicios que otros para facilitar la práctica. Por ejemplo, se recomienda meditar por la mañana, al despertar, para empezar el día con energía, claridad y optimismo. También se puede meditar por la noche, antes de dormir, para relajar la mente y el cuerpo, y favorecer un sueño profundo y reparador. Sinceramente este es mi horario favorito para hacerlo. Otra opción es meditar a lo largo del día, cuando se sienta la necesidad de hacer una pausa, desconectar del ruido y el estrés, y reconectar con uno mismo.
La duración de la meditación también varía según el nivel de experiencia y el objetivo que se persiga. No es necesario meditar durante horas para obtener beneficios, sino que se puede empezar con sesiones cortas de 5 o 10 minutos, e ir aumentando progresivamente el tiempo según se vaya adquiriendo más práctica y confianza. Lo importante es ser constante y mantener una rutina diaria de meditación, ya que así se logra crear un hábito saludable y se potencian los efectos positivos de la misma.
¿Cómo meditar?
Existen diferentes tipos y técnicas de meditación, que se adaptan a las necesidades y preferencias de cada persona. Algunas de las más conocidas y practicadas son la meditación mindfulness, la meditación trascendental, la meditación zen, la meditación vipassana, la meditación guiada, la meditación con mantras, la meditación con música, la meditación con visualización, la meditación con respiración, etc.
Aunque cada tipo de meditación tiene sus propias características y métodos, hay algunos elementos comunes que se pueden aplicar a cualquier práctica. Estos son:
Elegir un lugar tranquilo, cómodo y sin distracciones, donde se pueda estar a solas y sin interrupciones.
Adoptar una postura erguida, relajada y estable, ya sea sentado en una silla, en el suelo, sobre un cojín o una esterilla, o incluso tumbado, si no se corre el riesgo de quedarse dormido.
Cerrar los ojos o mantenerlos entreabiertos, según se prefiera, y enfocar la mirada en un punto fijo o neutro.
Respirar de forma natural, profunda y pausada, sin forzar ni controlar el ritmo o la intensidad de la respiración.
Prestar atención a la sensación del aire que entra y sale por la nariz, el movimiento del pecho y el abdomen, o el sonido de la respiración.
Observar los pensamientos, las emociones y las sensaciones que surjan en la mente y el cuerpo, sin juzgarlos, sin identificarse con ellos, y sin seguirlos. Simplemente, dejarlos pasar como nubes en el cielo, y volver a la atención a la respiración cada vez que se pierda el foco.
Ser amable y compasivo con uno mismo, sin exigirse ni frustrarse si la meditación no sale como se esperaba. Recordar que se trata de un proceso de aprendizaje y que se mejora con la práctica.
¿Por qué meditar?
Meditar tiene múltiples beneficios para la salud física y mental, que han sido avalados por numerosos estudios científicos. Algunos de los más destacados son:
Reduce el estrés, la ansiedad y la depresión, al disminuir los niveles de cortisol, la hormona del estrés, y aumentar los niveles de serotonina, la hormona de la felicidad .
Mejora el sistema inmunológico, al fortalecer las defensas naturales del organismo y prevenir o aliviar diversas enfermedades, como la hipertensión, las enfermedades cardiovasculares, el dolor crónico, el insomnio, el asma, la diabetes, etc .
Potencia la capacidad cognitiva, al estimular el desarrollo de nuevas conexiones neuronales, mejorar la memoria, la atención, la concentración, la creatividad, el razonamiento, la toma de decisiones, la resolución de problemas, etc .
Fomenta el bienestar emocional, al favorecer el autoconocimiento, la autoestima, la confianza, la aceptación, la gratitud, la compasión, la empatía, la comunicación, las relaciones interpersonales, etc .
Como se puede ver, la meditación es una práctica muy beneficiosa para la salud integral de las personas, que puede mejorar la calidad de vida y el rendimiento en todos los ámbitos. Por eso, te animamos a que la pruebes y la incorpores a tu rutina diaria, y que celebres el día europeo de la meditación con nosotros.
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